Encuentros inoportunos.
La semana pasada habíamos ido Jorge, Andy, Jeans y yo a la disco miraflorina donde todo es de color intermitente. Fue la primera noche que nos volvimos a reunir los cuatro después de año nuevo. Comenzamos con un par de vodkas y un whisky que nos llevaron a amenizar un poco el momento, era la hora de ponernos al día con todo lo que nos habíamos perdido de no estar al lado de cada uno; esa es la suerte que corremos algunos amigos que no vivimos estrictamente cerca. Vasos, tragos, baile y un poco de coqueteo nos rodeaban en la noche, no era necesario pero hubieron dos chicos que quisieron bailar conmigo sin que nadie más se enterara, pero como es usual entendieron mi mirada de -no estoy interesado- mientras seguía la música electrónica entrando por mis poros, recuerdo que lo único que me causaba placer en ese momento era sentir la música, me encontraba tranquilo, sereno y disfrutando la noche hasta que un momento en el cual no sé cómo mi mirada empezó a perderse por la zona VIP de la dis