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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Oda a algún recuerdo que alguna vez tuve.

Podría darte mis mejores años Podría darte mis mejores pensamientos Podría brindarte mis mejores frases y también darte mis mejores momentos, Porque empecé a vivir cuando me enseñaste a hacerlo y también empecé a sentir cuando estábamos en silencio. El final de mis días estará marcado por una inconstante melancolía. Que yacía yo en aquel lugar que visitábamos donde quedé pasmado y tu silencio sepulcral revocando mis entrañas. No te culpo tampoco te condeno fuiste lo mejor en el momento no me arrepiento. Si los días fueran solo minutos diré que pasé contigo algunos segundos. Suficientes extensos, extraños, amargos, dulces y copados por todos esos sentimientos que murieron el día que decidí que ya no te quería.

Yo y mis 24

Hay momentos en la vida en los que no te detienes a pensar mucho sobre como va tu vida actual, sino que en vez de hacerlo sigues viviendo y corriendo cual auto a 100 km/h en una autopista interprovincial con ningún cruce. Así podría decir que mi vida empezó su recorrido desde que tenía 18 años alguna vez y empecé la vida alocada y descubriendo nuevas cosas que antes no conocía porque me la paraba encerrado en casa viendo televisión. No fue hasta que empecé a descubrir que el mundo era mas que mi casa al colegio y viceversa. Hace algún tiempo existía mi otro yo que recién salía al mundo y se dio cuenta que el mundo no es como lo había visto en la televisión o leído en algún libro de algún motivador profesional o libro de autoayuda. Había una vez un chico que solo quería encontrar el amor, ese era yo, clásico niño ingenuo y tímido influenciado por las historias con final feliz de la televisión y así también como de los libros. Estaba muy decidido a hacer prevalecer mi voluntad claro que