Domingo 30 de Setiembre

Estoy en medio del trabajo y espero a que termine la semana, a que llegue el viernes, para por fin liberarme, hacer las cosas que me gustan, tener tiempo para mi y las personas que me rodean y que quiero. 
Sobretodo cuando tienes enamorado, novio, pareja o simplemente una persona especial; la semana viene a convertirse en una reflexión larga sobre qué es el tiempo. Quieres que termine de inmediato, para así hacer de las tuyas. 
En mi caso, trato de recurrir al trabajo lo más apacible posible a pesar de estar en esta ciudad que es un caótica, Lima la gris, cuyo problema del tráfico es actualmente cuna y causa de muchos males mentales para las personas. Por eso trato de que no me sobrelleve, sino viceversa.
Usualmente la rutina de mis días de semana son: levantarme, asearme, tomar el desayuno, cambiarme, ir al trabajo, sobrevivir a la jornada, salir del trabajo, ir a casa y así hasta el viernes. A menos que exista un break en medio de la semana, como por ejemplo quedar con mis amigos para ir al cine, a comer o simplemente caminar por ahí; o también quedar con mi novio, en cuyas ocasiones me emociono más cuando quedamos en vernos cierto día, sí aunque suene un poco ingenuo y cursi trato de conservar esa parte que todos tenemos cuando somos niños. Es por eso que ahora entiendo las palabras de Antoine de Saint-Exupéry en su obra cumbre el Principito "Si me dijeses que vas a llegar a las 4, comenzaré a ser feliz desde las 3". Todo es cuestión de ilusión, y la ilusión se forma dentro de uno es algo abstracto, se forma en la mente o en el corazón. Y cuando se quiere a alguien, pensar de que esa ilusión se va a convertir en algo concreto trae consigo alegría y emoción. 
A pesar de que cuando estoy con alguien trato de entregarme al 100%, a su vez trato de mantener cierta reserva de emociones para mí. Es por ello que creo que una sola persona no debe conformar tu mundo, sino varias personas que te rodean en la vida: familia, amigos y hasta compañeros de trabajo.
Por lo que de esa manera, y aunque suene triste, si la persona que mas quieres te llegase a dejar, tu mundo se sostendría con las demás personas a las que les dedicas tu tiempo y aprecio.
No he estado actualizando y escribiendo mucho últimamente, aunque he tenido ideas volando por mi cabeza, no me atrevía a ponerlas en líneas, me declaro culpable de delito contra la creatividad y la buena praxis del escritor. Si llegases a tener una buena idea, no la dejes pasar, ¡escríbela! no importa así sea en un papel viejo y olvidado, en el boleto de autobús o una servilleta. Créeme, te ahorrarás demasiados arrepentimientos. 
Lo mínimo que aprendí este fin de semana es una vez más, que las personas somos diferentes, cada una con su perspectiva de ver la vida, y que no importa cuánto nos diferenciemos, si llegamos a encontrar un punto de quiebre o de similitud, ganamos todos.
Es por eso que este fin de semana cuando andaba tomando en el bar junto con mi novio y dos amigos más tuve que llorar por los sentimientos encontrados que tenía hacia mi hermano, de cuánto lo extrañaba desde que se fue de la casa porque se casó, y todo fue tan repentino; y creo que si sigo con las reglas aprendidas, no tendré que volver a llorar en un bar casi desapercibido en medio de la capital a mitad de quedarme mareado por completo. Así vivir, ver, conversar, besar y poder dormir completamente.

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