Arrepentimiento de un celoso empedernido.

Ya han sido 2 meses, 9 días y unas cuantas horas desde que me dijiste que lo nuestro ya no daba para más, que el amor es un amalgama de cosas y que a mi me faltaba encajarte algunas.
Mi concepto de ti siempre fue el de un excelente chico educado, intelectual, cariñoso y cambiante.
Ojalá hubiese sido mas paciente en lugar de gritar
Ojalá hubiese sido más comprensivo en lugar de juzgar
Ojalá hubiese podido abrazarte y besado más 
Sentirte cada vez que dormíamos juntos y no apartar mi mente en otro instante, aún así el eventual recuerdo que esto demandaría me hiciera quebrarme aún más con nuestro eventual fin.
Es extraño como reacciona mi ser, de una manera incesante te estuve odiando las últimas 2 semanas y las semanas anteriores a estas, triste, melancólico y tratando de superarte, derramando lágrimas en cualquier parte inimaginable de la ciudad.
Yo no supe amarte, es la verdad, pues mis celos e inseguridades comenzaron a invadirme; no sé por qué no le puse un alto tampoco busqué un consejo amigo; y es que a veces los míos no eran los más experimentados en el tema. “Aprende del mejor en el tema”, siempre me he dicho y puesto que ninguno de ellos era el mejor, no sabía a dónde ir. Mi madre y mi padre no han sido el mejor ejemplo de pareja, se divorciaron cuando tenía 5 años y aún recuerdo las disputas por las tenencias, la tristeza de mi madre y las preocupaciones de mi padre. Tal vez aprendí de ellos, quizá mi cerebro lo asimiló, asimiló soledad, inseguridades y tristezas; para convertirme en una roca impenetrable de sentimientos no mostrados. Sin embargo, te elegí mi compañero y terminé enamorándome, esa es la parte más difícil, “te elegí “ y eso no lo cambia nadie, no me excuso tras la sombra de mi pasado pero quizá así yo entienda el porqué del actuar de mí mismo en el presente.
Ahora que no te tengo y me siento más tranquilo, me arrepiento de no haber sido quien pensé que podía llegar a ser, de no haberme sumergido en la virtud de la paciencia y la comprensión, de dejar llevarme por mis pasiones mas bajas, las cuales no me han ayudado.
Ya creo que es tiempo de escarmentar, pues si quizá te vuelvo a encontrar puedas ver un diferente yo; y yo poder un diferente tú.
Y es que aún te quiero.

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