Por qué todavía sigo creyendo en la amistad ...

Hay ocasiones en las que caes y caes muy adentro de un abismo, una de esas ocasiones fue hace exactamente seis días calendarios en la que tuve que acompañar a una persona que se suponía era mi amigo, cuando todo iba perfectamente bien y sin ningún previsto de riesgo o temor en el futuro.

"Eran la una de la tarde y yo me encontraba en casa como usualmente lo estoy cualquier sábado del año, esperando a que Albert llegará  a recogerme para salir y acompañarlo a recoger algunas cosas que tenía que recoger en la casa de su prima. No me imaginaba que ese día iba a ser el peor de todos mis días hasta el momento. Llegó el momento en el que ya había llegado a mi casa Albert, yo estaba alistándome porque ese día teníamos tantas cosas que hacer y una de ellas era estar listos para la gran noche que íbamos a disfrutar en una discoteca a todo dar. Cuando salimos a casa de su prima a recoger sus cosas nos dimos con la sorpresa de que no estaba, Albert ya estaba resignado a nunca encontrarla y quería pedirme el favor de venir y recoger su ropa algún día que su prima se encuentre en su casa. Yo asentí y le dije que no había ningún problema, que podría hacerle ese favor porque en ese momento pensaba que era mi amigo. 

De repente Albert tuvo la idea de decirme para ir al Centro de la Ciudad a pasear por mientras hasta que llegue el momento de alistarnos para la noche, y yo estuve de acuerdo en darnos un par de vueltas para distraernos. Llegamos al Centro de la Ciudad, Albert me pidió que lo acompañara a una tienda en especial, y como era de ropa elegante y fashion estuve de acuerdo ya que a mi me encanta la ropa y la moda. Cuando estamos caminando para entrar en la tienda, Albert me confiesa lo que iba a hacer, sustraerse dos casacas. Yo pensé que estaba bromeando ya que no sabía cómo lo haría porque estas tiendas especiales tienen unos sensores muy fuertes en la ropa que es imposible romperlas con las manos y en ningún momento me imaginaba que él pudiera tener algún dispositivo para poder sacar estos sensores. Una vez estando dentro de la tienda Albert me llevó a la zona de casacas para hombres, de unas marcas muy conocidas en dicha tienda. Cuando Albert empieza a probarse algunas de las casacas, me saca algunas para probármelas dentro de la tienda sin ir al probador de ropa. Mientras Albert se iba a otra marca de ropa y me pidió seguirlo, me daba cuenta que había "gato encerrado", cuando llegamos a la segunda marca de ropa, Albert me dijo que escoja alguna casaca y yo le escogí una de color azul que era muy hermosa, combinable por todos los lados con cualquier tipo de ropa formal y casual, entonces Albert cogió esa casaca y se la puso sobre las manos, no sé qué hizo pero a los minutos la casaca estaba sin sensores. Cuando me dí cuenta que realmente lo que me había manifestado momentos antes de entrar a la tienda era cierto, pensé para mi mismo que esto  no era legal pero al mismo tiempo le pregunté cuál era su propósito, lo que él arguyó es que  esas casacas las vendía y se mantenía con eso. Yo pensé que si actualmente él no tiene trabajo y tampoco tiene quién le dé de comer, entonces quizá esa fuera la primera y última vez que pueda hacer algo ilegal para sobrevivir, pero lo que no tuve en cuenta es que esa iba a ser la primera y última vez de tomar decisiones incorrectas a favor de cosas ilegales aunque mis intenciones sean buenas. Decidí ayudarlo, salir y entregarle la prenda del delito. Pero cuando estuvimos por salir de la tienda, nos detuvo el agente de seguridad de la puerta y nos dijo que quería ver nuestras casacas. Luego vino el jefe de seguridad y yo me quedé nerviosamente estático y asombrado. No sabía qué hacer. El jefe de seguridad nos dirigió hacia recepción y nos dijo que por medio de las cámaras no se visualizaba que habíamos entrado con las mismas casacas que llevábamos puestas. Yo no decía nada puesto que no sabía qué decir y Albert era el que seguía mintiendo con respecto a las casacas y argüía de que él se la había comprado. Cuando el jefe de seguridad estuvo conversando con un personal mas de la tienda, ALbert aprovechó el instante y se fue por la puerta de recepción que estaba abierta solo diciendo como si yo no estuviera ahí: Me cansé de esperar, me voy! 
Entonces fue cuando me quedé sin saber qué hacer y pues no pude más y me puse aún más nervioso, el jefe de seguridad vino y me preguntó por Albert le dije que se había ido, me preguntó que dónde estaba. Yo le dije que obviamente no sabía dónde él estaba. Entonces empezó toda la pesadilla, me inculparon de todo. El jefe de seguridad salió a buscar a Albert, Albert le había tirado la casaca y le habría dicho que me heche toda la responsabilidad a mi según lo que me dijo el jefe de seguridad, en ese momento sentí mi mundo caer, me había traicionado e inculpado por su acción, me desesperé y empecé a llorar. Pasé por la comisaría, fueron mis demás amigos a verme y mi hermano. Pasé la noche en el calabozo de la comisaría. Al día siguiente avisé a mi familia que me llevaban a la fiscalía y mi madre empezó a llorar diciéndome que llamaría a mi padre para ir a sacarme. Ya no pude pensar o hacer algo más, ya había perdido mucho, en esta historia encerraba: traición, amistad, dolor, delito, noches oscuras y decepciones, muchas decepciones de varias personas. Pero aún más con Albert por haber hecho lo que hizo conmigo. Me arrepiento si en algún momento pensé que vendría por la puerta de la comisaría y entregarse por lo que hizo, me arrepiento de inclusive pensar que al menos pudo coordinar con otros amigos y dar un precio a mi rescate; me arrepiento de haberlo conocido, me arrepiento del día en que lo conocí, me arrepiento de cada una de las cosas que le dije y le compartí como persona que soy y que fui ..."

Todo este argumento se lo estuve contando a mis dos mejores amigos Georgette y Andy, mientras comíamos una pizza, ellos de mi misma edad se quedaron estupefactos e indignados, porque sabían que yo era quien perdía más: mi juventud, mis estudios y mis emociones. Ellos todavía me escuchan sin juzgarme y me aconsejan con razón de esas pobres horas de malos pasos que tuve que pasar en mi vida aunque todavía siga llorando cuando me encuentre solo, su compañía me hace olvidar el dolor.

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