Yo y mi papá.

Entonces vino mi madre hacia donde estaba yo dentro de la casa, "tu papá está afuera y quiere conversar contigo" - me dijo - "trata de hablarle de la mejor manera posible y sé tolerante". "Madre no me hagas reir, tolerante yo? el que debería ser tolerante es él! Jajaja". Entonces me decidí a salir porque ya estaba extrañando hablar con un padre, bueno el único que tengo, no? 
Me armé de valor, programé todas las cosas que debía de decirle y los argumentos que debía refutarle en caso de que venga a atacarme de nuevo.
Salí de la casa y me arrimé por encima de la reja para ver si estaba él allí en su camioneta gris, para mi mala suerte me asomé demasiado y se dio cuenta que estaba allí, así que salí sin reparo, me acerqué donde él estaba, conversando por teléfono para variar, terminó de hablar y me estrecho la mano para saludarme, yo hice lo mismo.
"Hola, cómo estás?" me dijo - "Yo, bien gracias y tú?"- le respondí. Lo cortés no quita lo valiente, una vez me dijo me tía. "Tu mamá me dijo que necesitabas ayuda económica"- siempre que había alguna necesidad económica mi mamá tenía que llamarlo. "Bueno, en realidad si ... hay planes que tengo que hacer para este año y aún no consigo trabajo". Después de limar nuestras asperezas y una conversación pasiva y tolerante, quedamos nuevamente con el vínculo de la comunicación. Claro, siempre yo pensando que él es un idiota al pensar que arrodillándose y hablar con su amigo imaginario logrará encontrar la cura para el cáncer.
Formalmente "volvimos", sin embargo, no por todo el tiempo.

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